lunes, 9 de julio de 2007

“BIENAVENTURADOS LOS ENCARCELADOS INJUSTAMENTE PORQUE NOS AYUDAN A RECUPERAR LA SOLIDARIDAD A PARTIR DEL CONFLICTO Y EL DOLOR”

Segunda Jornada Ecuménica por la Paz
Solidaridad: Vida y Oración de los Pueblos

El pasado sábado 16 de junio se efectuó, en la Casa Parroquial de San Pablo Huitzo Oaxaca, la Segunda Jornada Ecuménica por la Paz, Solidaridad: Vida y Oración de los Pueblos. En esta Jornada participaron más de 200 personas procedentes de distintos lugares del estado y del país; a este encuentro se incorporaron indígenas triquis, mixtecos, zapotecos, chatinos, chinantecos y mixes. A su vez nos acompañaron representantes de las Iglesias: Católica, Presbiteriana, Anabautista Menonita y Luterana. Esta Jornada, significó una expresión de pluralidad importante y necesaria en Oaxaca, ya que participaron organizaciones no gubernamentales, organismos internacionales, congregaciones religiosas, pueblos indígenas, instituciones eclesiales, parroquias y sacerdotes de la diócesis de Oaxaca.

En esta Jornada –en la cual también participaron los pastores religiosos: Raúl Vera López, José Luís Velasco y Ofelia García, Católico, Presbiteriano y Menonita respectivamente–, se reflexionó en espíritu de oración sobre los principales dolores que sufre nuestro pueblo, pero también sobre las esperanzas y los caminos que vamos abriendo en la construcción de los procesos de liberación. Para finalizar la Jornada, se elaboró un mensaje como resultado y fruto de los trabajos del encuentro, mismo que ahora damos a conocer públicamente:


MENSAJE DE LA SEGUNDA JORNADA ECUMÉNICA POR LA PAZ

Como creyentes defendemos que todo aquello en donde se manifiesta la vida es santo y nos hace presente a Dios en todo momento.

Tenemos un dolor muy grande porque nuestra gente está sufriendo, sentimos el dolor de nuestros hermanos y hermanas en carne propia. Hay tristeza en nuestros corazones cuando la muerte está cerca.

Sufrimos cuando nos vemos confrontados como hermanos y hermanas y la armonía se rompe. Nos duelen los viejos dolores producidos por la pobreza, los malos gobiernos, el egoísmo, la indiferencia, la explotación y la mala distribución de la riqueza. También nos duelen las heridas abiertas de la represión, la muerte, las amenazas, los encarcelamientos, la ausencia de nuestros pastores y el silencio y complicidad de nuestras Iglesias.

Otro dolor que está muy dentro es que nuestra fe haya sido reprimida por los policías, los militares y los malos gobernantes. Pero en este sufrimiento nos damos cuenta de la presencia del Dios de la Vida que nos ha acompañado. Dejamos que su Espíritu nos envuelva, como envuelve a los difuntos y hace que vuelvan a pararse.

Y nos ponemos de pie por que Dios quiere que vivamos su Reino aquí y ahora. Ya no queremos que nos obliguen a vivir la fe desde las sombras, queremos sacar a la luz nuestra fe y nuestra identidad indígena y no esconderlas más para que ellas sean las que fortalezcan nuestra esperanza como creyentes.


Todo esto hace que hoy cobren un sentido renovado las Bienaventuranzas. Por eso decimos:

“Bienaventuradas y bienaventurados los indígenas porque ellos nos enseñan, al igual que el Evangelio de Jesús, a involucrarnos con la vida de manera integral”

“Bienaventuradas y bienaventurados los perseguidos y encarcelados injustamente por que nos ayudan a recuperar las experiencias de solidaridad y de encuentro entre hermanos y hermanas a partir del conflicto y el dolor.”

“Bienaventurados y bienaventuradas los hombres y mujeres que con su entrega y compromiso nos permiten crear relaciones solidarias en la familia y la comunidad.

“Bienaventurados y bienaventuradas quienes nos llevan a reconocer a Dios en cada persona, en cada vivencia, en cada lucha.”

“Bienaventuradas las mujeres que defienden su dignidad, construyendo relaciones de respeto, equidad y justicia en nuestros pueblos.”

“Bienaventurados y bienaventuradas aquellas que avivan la esperanza en el cuidado de la creación y nos llevan a vivir de manera responsable nuestra relación con la Madre Tierra.”

“Bienaventuradas y bienaventurados todos nosotros cuando nos comprometamos a seguir caminando desde nuestra fe hacia una sociedad donde la paz sea producto de la justicia, y la solidaridad sea la vida y la oración de nuestros pueblos”.


Oaxaca de Juárez, Oaxaca, 17 de Junio de 2007.


GRUPO DE SOLIDARIDAD CON OAXACA

Comité Presbiteral Oaxaqueño de Seguimiento al Conflicto, Comité de Liberación "25 de Noviembre", Servicios para una Educación Alternativa A.C. EDUCA, Secretaría Técnica de la Red Oaxaqueña de Derechos Humanos, Misioneras Laicas de Oaxaca, Comunidades Eclesiales de Base de Oaxaca, Centro de Estudios Ecuménicos, México, D. F., Pastor Benjamín Chávez-Maldonado, Iglesia Bautista de México y Profesor del Seminario Bautista de México, Pastor Presbiteriano José Luis Velasco, México, D. F., Pastora Ofelia García, Iglesia Anabaptista Menonita “Pueblo en Transformación”, México, D. F., Comisión de Justicia, Paz e Integridad de la Creación de la Sociedad del Sagrado Corazón, México, Comisión de Justicia, Paz e Integridad de la Creación de las Hermanas de San José de Lyon, México, Hna. Ma. Covadonga Suárez, Congregación de la Caridad del Verbo Encarnado, México, D. F., Hna. Carmen Gallegos, Coordinación de Derechos Humanos de las CEB's Nacional, México, Ma. Conchita Alcántara Campos, Hermana Franciscana, México, D. F., Yolanda Chipres, Hermana Franciscana, México, D. F., Comité de Derechos Humanos "Asís", México, D. F., Observatorio Eclesial, México, D. F., Centro Nacional de Comunicación Social, Centro Antonio Montesinos, Secretariado Social Mexicano, Católicas por el Derecho a Decidir, Centro de Reflexión Teológica.

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